Todo igual, pero diferente
Tras conocerse el resultado de las Elecciones Autonómicas de Cataluña parece que todo sigue igual, pero las circunstancias han cambiado de forma considerable.
Está claro que, como dichas elecciones no eran plebiscitarias, nada podía cambiar, pero la división entre los nacionalistas y constitucionalistas se ha acrecentado.
Sí está claro que la coalición “Junts pel sí”, configurada por Convergencia Democrática de Cataluña y Esquerra Republicana” ganó las elecciones, aunque sin obtener la mayoría absoluta que podrían conseguir con otra fuerza nacionalista: Candidatura de Unidad Popular (CUP). Pero parece inviable que, a efectos de gobernar, puedan unirse la burguesía tradicional de derechas de Convergencia y los republicanos, no menos burgueses de la Esquerra, con un partido anticapitalista, antieuropeo y partidario de salir de la OTAN como es la CUP, que ademas ahora propone una Presidencia colegiada en la Generalitat, algo inviable por no estar contemplado en el Estatuto Autonómico.
Evidente es también el ascenso de “Ciudadanos” de Albert Ribera, como incoherente es la propuesta de su candidata a la Presidencia de celebrar ya unas nuevas elecciones.
Está claro que el el Partido de los Socialistas de Cataluña ha mantenido el tipo al conseguir posicionarse de nuevo como la tercera fuerza más votada, como es también evidente que el Partido Popular se ha dado un trastazo electoral quedando relegado, por no ser llave, ni por postulados ideológicos ni por el número de diputados obtenidos, a ser una formación subliminal en Cataluña.
Mejor situada por votos que el PP, aunque decepcionada por los escasos sufragios recibidos ha resultado la la plataforma de unidad popular “Catalunya si que es Pot”, en la que iban incluidas la rama catalana de Izquierda Unida y “Podemos”, con lo que ambas formaciones políticas parecen abocadas a seguir por caminos diferentes si realmente tienen aspiraciones, ahora ya, según se desprende de los resultados, más difíciles de colmar que antes de las elecciones. Y Unión Democrática, básica para alcanzar consensos en todas las situaciones, se ha quedado fuera del parlamento.
A este complejo tablero de ajedrez político catalán habrá que sumar, el 20 de diciembre, los resultados de las Elecciones Generales para ver si, desde la tolerancia, el diálogo y el consenso se consigue resolver para una trintena de años el llamado “problema catalán” que no ha generado un pueblo sino sus representantes políticos.
La Voz de Medina y Comarca