Editorial

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La promesa y la ejecución
 

Ya están ahí los programas con los que las nueve formaciones políticas que concurren a las Elecciones Municipales en Medina del Campo pretenden alzarse con la Alcaldía del municipio si obtienen la confianza de los ciudadanos. Y junto a dichos programas, verdaderas pléyades de oradores que los defienden con la esperanza de convencer a quien de verdad va a hablar, el pueblo, emitiendo su opinión inapelable a lo largo de la jornada electoral del 24 de mayo.
Todo es dinamismo en estos días, todo son actos, todo encuentros y todo foros; pero los ciudadanos, una vez oídas las propuestas de los diversos candidatos, eligen la que, a su criterio, será la buena elección, conformándose después, con la amalgama de votos emitidos, abstenciones, sufragios favorables para unos y otros y votos nulos, la llamada “Voluntad General”, esa que nunca se equivoca.
Por ello, la ciudadanía, hoy más preparada que nunca desde el punto de vista cultural y más crítica que en otras elecciones, como consecuencia de las vicisitudes de la crisis que no ha llegado a su fin y está evidenciando las vergüenzas de más de uno, ya va eliminando el polvo y la paja del buen grano que existe en los programas electorales para configurar, en la llamada jornada de reflexión, cuál es la opción que más conviene al municipio.
Promesas hay muchas y compromisos orales, en mítines y encuentros, más; pero cuando el ciudadano analiza a fondo las diversas propuestas de los partidos políticos, piensa también en la ejecución de las mismas. Y ahí está el busilis, la cuestión y hasta la “madre del cordero”. Y es que cualquier propuesta, para ser creíble, debe tener una financiación creíble.
Por tal motivo llaman la atención algunas promesas electorales, muchas veces verdaderas baterías de medidas beneficiosas para Medina del Campo que, de haber sido analizadas financieramente por los redactores de los programas, los mismos se habrían parado en las tres o cuatro primeras propuestas, ya que los recursos municipales no dan para más. ¿Y el resto?
Lo mejor es enemigo de lo bueno; y por ello los ciudadanos, sin duda alguna, sabrán discernir lo que hay de veracidad y propuesta seria en los programas electorales, con atisbo de convertirse en realidad; y lo que, dicho en fino, son cánticos propios de las sirenas que primero encandilan para atraer y luego ….
La Voz de Medina y Comarca