Editorial

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El momento de la reflexión

Tras una larga precampaña, en la que algunos partidos políticos han presentado sus programas, mientras otros usaban lo que tenían a mano para captar un espacio en los medios de comunicación y hasta buscaban algún resquicio con la finalidad de “salir” en la foto, con la tradicional “pegada de carteles” del jueves arrancó en Medina del Campo, como en toda España, la campaña electoral para las Elecciones Municipales del 24 de mayo, a la que concurren en el municipio un total de nueve candidaturas.
Ahora ya no hay excusas, las listas se conocen, los programas están llegando a las casas o se divulgan por los diversos medios de comunicación y los deberes están ya terminados por las nueve candidaturas que concurren, democráticamente y es de suponer que en buena lid, con el fin de alcanzar ese premio que, a veces y no siempre, otorgan los ciudadanos cuando de las urnas sale una mayoría clara y suficiente para gobernar.
Y ahí está la campaña, en la que los partidos políticos, con más o menos ayuda de líderes nacionales, cuando los tienen, intentarán explicar, desgranar y hacer llegar sus propuestas a los ciudadanos. Pero a partir de ahora, el trabajo, el deber y la obligación es de éstos, de los ciudadanos, que antes de emitir su voto dentro de unos días deben analizar las diversas propuestas de los candidatos, ver si las mismas son realizables o meros botes de humo para empezar a formarse una idea de aquello que, a su juicio, es lo más conveniente para Medina de Campo, y decidir quién ha del llevar el timón de la nave local durante los próximos cuatro años. Es decir comienzan ahora a pergeñarse las opiniones y posteriores votos personales que, una vez introducidos en las urnas, el próximo día 24, configurarán la llamada “voluntad general”, ésa que nunca se equivoca y que habrá de mandar el mensaje a los partidos de los deseos de un pueblo y en qué condiciones quiere que se realicen, en solitario, con mayoría absoluta, o en coalición, con cualquiera de las combinaciones posibles que puedan surgir de quien sea capaz de configurar un mayoría para gobernar, si es que no la obtiene en las urnas.
Ese es el juego de la democracia y no hay que darle otras vueltas que no sean las de la propia cabeza de cada uno para discernir cuál es el mejor programa, quién el mejor candidato y cuál el partido que, por trayectoria local, ni está “contagiado” de vicios ni va a incumplir el contrato que se propone suscribir con los ciudadanos el 24 de mayo.
La Voz de Medina y Comarca