Y llegó la Navidad
Un año más, y desde hace 2014 años, los países de tradición cristiana se preparan para vivir, el día 24, la Natividad de Jesús, que es tanto decir como que, alrededor de los hechos que acontecieron en su día en Belén, las familias se reúnen en la mesa para, compartiendo el pan y la sal, festejar una de las celebraciones más entrañables, ya que de su mano todos los componentes de la unidad familiar se reúnen en el domicilio paterno o fraternal o en casas de amigos.
Es por tanto un día señalado para los medinenses, como para todos los ciudadanos, en los que, en principio la armonía brilla en los hogares, con aquellas excepciones en las que desgraciadamente, y cada vez son más, la cena más señalada del año se convierte en una verdadera batalla campal; aunque al final, por ser familia y por ser Navidad todo termina perdonándose e, incluso, olvidándose.
Es innegable que, a pesar de las afirmaciones que se han hecho desde el Gobierno de España, la crisis no se ha terminado para todas las familias y, por supuesto, menos aún para aquellas que se han visto abocadas a la indigencia, por lo que es de justicia mostrar un recuerdo de solidaridad hacia todas ellas y, especialmente, hacia aquellos conciudadanos que, además de sufrir las vicisitudes de la crisis, se encuentran solos.
Por este motivo solidario y con el fin de solventar parte de los problemas de aquellas familias a las que el Estado aún no llega, se prodigan en estos días todo tipo de campañas solidarias que, promovidas por el Banco de Alimentos, Cáritas e infinidad de asociaciones que sin ser de carácter benéfico olvidan sus esencias para llevar el consuelo a todas las familias que de tal precisan. Por tal motivo, de justicia es reconocer a estas asociaciones la labor que realizan.
Por su parte, los ayuntamientos y el medinense no es una excepción, ya han engalanado las calles con luminarias; las plazas con un árbol navideño; y determinadas zonas con juegos para los más pequeños, verdaderos protagonistas de la Navidad al no ser aún conscientes, por su edad, de las vicisitudes que a unos de una forma y a otros de otra depara la vida.
Pero en fin, alejémonos de tristezas, olvidemos los problemas y llenemos nuestros corazones de ilusión para vivir, al menos esas horas que coinciden con la efeméride del Nacimiento de Jesús, llenas de ilusión y del espíritu de bondad que imprime con su simple llegada la Navidad.
La Voz de Medina y Comarca