Pobreza infantil
Cuando tratamos un tema tan delicado como es el de los niños a todos se nos encoge el corazón con sólo pensar que, alrededor nuestro, hay niños pasando hambre o con dificultades para hacer una buena comida al día; algo que nos convierte a todos en peores personas porque que una sociedad como la nuestra, enclavada en lo que llamamos “primer mundo”, sea incapaz de tomar medidas eficientes para erradicar este problema, sólo denota la falta de conciencia social y la deshumanización de una sociedad que cada día se vuelve más egoísta.
Los datos son escalofriantes: hemos llegado a tres millones de niños en situación de pobreza infantil, con un Gobierno a nivel nacional que durante estos 3 años no ha tomado ni una sola medida para combatirlo, de hecho sólo invertimos el 1,4% del PIB en este problema mientras que la media europea está en el 2,2%. Concretamente, la tasa de pobreza infantil en España ha pasado del 28,2 al 36,3%, y en gran medida los ciudadanos somos responsables de no hacer ver a nuestros gobernantes que para nosotros resolver la crisis no es que Bankia vuelva a tener beneficios después del rescate, ni que las empresas del Ibex ganen en estos 9 meses 8.800 millones de euros; salir de la crisis es que nuestros vecinos y conciudadanos tengan una vida digna, que sus hijos puedan desarrollarse de una manera normal, sin tener que estar señalados y en riesgo de exclusión social. Las políticas económicas se deben realizar para ayudar al conjunto de la sociedad y no para que cada día existan más desigualdades.
En el pasado Pleno celebrado en el consistorio medinense se presentó una propuesta por parte de IU, a la que se sumaron PSOE y PCAL-CI, donde se reclamaba a la Junta de Castilla y León que cambiara los baremos para las ayudas al comedor, dado que a todas las luces parece que tiene haber habido algún error, porque no sería comprensible que sólo pudieran disponer gratuitamente de esa comida aquellas familias que ganen menos de 265,25€, ¿pero qué familia puede vivir con ese dinero? Sólo caben dos posibilidades: que exista el error antes mencionado o que nos gobiernen en nuestras Cortes Regionales personas que han sido despojadas de la más mínima sensibilidad; aunque viendo el papelón que le tocó hacer a los políticos locales del Partido Popular, absteniéndose en la votación, ya nos podemos creer cualquier cosa.
Imaginamos que el 99,9% de la población está a favor de una moción que lo único que quiere es que algunos niños puedan comer bien una vez al día, más allá de partidos e ideologías, y también queremos creer que más de un concejal popular saldría “quemado” por haberse abstenido. La disciplina de partido acaba donde empieza la inmoralidad.
La Voz de Medina y Comarca