Fiesta democrática
Mañana domingo, los españoles celebrarán esa fiesta democrática que supone siempre el desarrollo de cualquier comicio, en esta ocasión las Elecciones de representantes de España en el Parlamento Europeo.
Atrás queda la campaña electoral, con sus altibajos, sus polémicas, sus mítines y sus escarceos entre candidatos para dar paso al Día Grande, que eso son unas elecciones, sean las que sean, en un país democrático que se precie.
Hoy sábado, jornada de reflexión, es un buen día para que los ciudadanos dediquen unos minutos para estudiar las propuestas de las formaciones políticas que concurren a estas elecciones para decidir aquella por la que mañana domino se decantarán en libertad, a través de ese bien preciado, y no siempre bien valorado, que es el voto universal, directo y secreto que dirimirá su futuro, que de la suma de las individualidades del sufragio de cada uno habrá de surgir la voluntad general y, como quintaesencia de la misma, el nombre de las mujeres y los hombres que habrán de representanos en Europa.
Además, en esta ocasión y por primera vez, se elegirá, de forma indirecta, el titular de la Presidencia de la Comisión Europea, de la que, nadie lo dude, dependen un buen número de las políticas que habrán de desarrollarse en España.
Ha llegado por tanto ese momento y hasta ese “derecho a decidir” que algunos tanto reclaman y que sectores de la población no ejercerán, olvidando cuáles son sus deberes ciudadanos y, en consecuencia, renunciando, sin darse cuenta, al derecho a la crítica posterior del gobierno que haya de surgir de los comicios de mañana domingo.
Algunos no concurrirán a las urnas por decisión propia, otros, se engañarán en el consabido subterfugio de “para qué sirve”; y unos terceros, simple y llanamente, para cuestionar Europa, a los partidos políticos y hasta el propio sistema democrático. Eso sí, luego vendrán las críticas, surgidas de sus propias filas abstencionistas, para los futuros gobernantes europeos y para sus políticas, olvidando que ellos tuvieron la ocasión de cambiar el rumbo de Europa o mantener el mismo que ahora tiene, haciendo esa dejación de funciones y obligaciones que tanto critican en los gobernantes de turno.
Mañana será, por tanto, el momento de elegir y el de ejercer el “derecho a decidir” que llegó a España de la mano de la democracia.
La Voz de Medina y Comarca