Huelga de jueces
Los padres de la Constitución, siguiendo ante todo la separación de poderes que en su día fijara Montesquieu como elemento imprescindible para la existencia de una democracia, no contemplaron la posibilidad de que los componentes de uno de los tres Poderes del Estado llegasen un día, por unas cuestiones o por otras, a hacer huelga.
¿Qué pensaría el ilustrado francés si viese lo que acontece estos días en España? Posiblemente lo mismo que si mañana SS.MM. el Rey se declara en huelga o el Gobierno de la nación protesta con los brazos caídos y una huelga de celo, dejando los problemas sin resolver.
En el fondo, algunos parecen olvidar que son, a título colectivo y nunca individual, un poder del Estado, y que, con independencia de la percepción regular de su sueldo garantizado de por vida, ni son ni tienen nada que ver con los llamados funcionarios.
Algo parece oler mal en el Poder Judicial, de forma especial, cuando ninguna de las grandes asociaciones de jueces y magistrados existentes han convocado la huelga. Es lo mismo que si mañana se produce un acontecimiento de este tipo sin la intervención de CC.OO. y la UGT, hablando de cualquier colectivo de la sociedad con excepción de aquellos que componen uno de los tres Poderes.
Y es que, a diferencia de los componentes de estos, el resto de los españoles, a título particular, sí tienen la prerrogativa de ejercer el derecho de huelga.
Por otra parte, sería difícil concebir, por ejemplo en Inglaterra, la autoridad de un juez en el momento que se suprima la grotesca peluca que utilizan. Ese es el símbolo, al igual que en el caso de un alcalde puede serlo el bastón de mando, propio del Poder Legislativo en aquel país, pero en éste, en España, en el que la toga ya está bastante desprestigiada por los jueces estrella, parece que la sola pretensión de ejercitar un derecho propio de cualquier ciudadano, como es la huelga, hace que los jueces se vean desprovistos de ese principio de autoridad que siempre han de tener, ya que al equipararse al vecino del quinto son, quiéranlo o no, uno más.
Lamentable la imagen que ha dado el Poder Judicial, posiblemente porque tras más de 25 años de democracia nadie se ha atrevido a regular el mismo en lo que a funcionamiento se refiere, ya que, en el ejercicio de sus funciones, son tan Poder como pueda serlo el Legislativo o el Ejecutivo.
Chuflas hay en todas partes y ahora se desvelan tal y como son al quitarse la toga. “Son los Reyes igual a cualquiera, según la manera, que yo tengo de ser y pensar unos hombres igual a cualquiera si les quitan la marcha real”, dice la canción, que es aplicable a un juez que ejerce el derecho de huelga.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA