Editorial

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Doblete de galgos Naturalmente que Medina del Campo está de enhorabuena al haber conseguido, con rivalidad o sin ella, erigirse en sede del septuagésimo quinto Campeonato Nacional de Galgos en Campo – Copa de S.M. El Rey, además de ser también la localidad agraciada para el desarrollo del Campeonato Regional de Galgos, de cuya mano, especialmente del primero de ellos, habrá de llegar a la villa un fuerte contingente humano dispuesto a dejarse los cuartos en la hostelería medinense.
Ni qué decir tiene que, además de tal repercusión económica, la presencia de Medina del Campo en televisiones de espectro nacional y revistas especializadas está también garantizada con dicho evento. Y si a tales premisas se suma el hecho de la erradicación, tras años de lucha, de la tularemia, el festejo ha de ser aún mayor ya que el propio aserto equivale a anunciar que la liebre medinense, en el decir de los técnicos y aficionados la mejor de todas por su resistencia, volverá a ocupar el terreno que por historia y prestigio merece.
Hasta aquí, todo parece fantástico, sensacional y hasta digno de encomio; pero es que no puede ser de otra manera, ya que si se profundiza en el tema aún hay más razones para el elogio: Medina, que fue sede en el “50 aniversario” , como vulgarmente se dice, volverá a serlo “en el 75”, lo que equivale a decir que su nombre está intrínsecamente ligado a la historia del propio Campeonato y a la Copa del Rey.
Pero aún hay más. Y es que, también, por primera vez en la historia –  y se han celebrado en Medina varios Campeonatos Nacionales en los 25 últimos años – la Federación no ha solicitado ninguna ayuda económica al Ayuntamiento ni tiene pensado hacerlo. Quizás estas cosas sucedan porque cuando hay un prestigio y una solvencia contrastada detrás, simplemente “toca”; mientras que cuando algo quiere forzarse, por multitud de intereses electorales o electoreros, cuesta. Y si no que se lo pregunten a aquellas “Dos Medinas” hoy olvidadas que compartieron sede por el capricho de alguien ya condenado por los ciudadanos al desprecio y al olvido.
Mas volvamos al galgo que es lo que interesa y alegrémonos de que la candidatura de Medina haya prosperado para el Campeonato Nacional, deseando al mismo toda la suerte del mundo, en lo que afecta a buen tiempo y a la calidad de las carreras, que lo demás, en cuanto a organización, intendencia y trabajo a realizar, existe constancia de que está en buenas manos y, seguro, nadie va a regatear ningún tipo de esfuerzo para conseguir que el nombre de Medina brille con luz propia.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA