La anciana de la «Calle sin Dios» de Alaejos murió de muerte natural y fue enterrada en su propia casa para seguir cobrando su pensión

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Redacción.- Alrededor de las 10.30 horas de hoy viernes, la Guardia Civil encontró el cuerpo de la anciana que buscaba desde desde ayer en el subsuelo de su propia casa. Al parecer, la misma falleció hace ya años de muere natural y fue enterrada arteramente en su domicilio para seguir cobrando la pensión.
La Guardia Civil se personó al mediodía del jueves en una casa de Alaejos para investigar el paradero de una anciana nonagenaria, no vista por ningún vecino desde hace tres años.
En la casa de la anciana, Petra, ubicada en la calle Casas Nuevas – popularmente conocida como Calle sin Dios, porque nunca por ella pasaron las procesiones – sin suministro de agua desde hace años, los agentes de la Benemérita encontraron al marido de Petra, César, de 91 años, y a dos de sus hijas: Macarena, habitual acompañante de su padre para ir a cobrar mensualmente la pensión y que ofreció resistencia a la entrada de los agentes, y a otra, Maribel, casi desconocida en el pueblo pues el vecindario no la veía en Alaejos desde hace una veintena de años.
A tenor de los datos, los agentes de la Benemérita pusieron los hechos en conocimiento del Juzgado de Medina del Campo, una de cuyas titulares se personó en la casa alrededor de la 13.30 horas.
Por orden del Juzgado de Instrucción la totalidad de los miembros de la unidad familiar encontrados -padre y dos hijas-  fueron trasladados a la unidad de psiquiatría del Hospital Clínico de Valladolid, mientras los agentes de la Benemérita procedieron a examinar el patio, ante el presumible temor de que la madre, al parecer enferma de cáncer hacía ya varios años, según algunas vecinas, hubiera fallecido y sido sido enterrada en el mismo.
Finalmente, en la mañana de ayer, los resultados de la búsqueda fueron positivos y se encontró el cuerpo de la anciana en el subsuelo de su casa, habiendo confesado, al parecer, una de las hijas, Macarena, que había fallecido hacía ya años de muerte natural y que fue enterrada allí para seguir cobrando la pensión.
Varias vecinas aseguraron a este semanario que el carácter de Macarena, a la que habitualmente se veía ir a recoger agua a la fuente pública “muy pinturrajeada” era huraño, no manteniendo ningún trato con las vecinas y llevando una vida completamente “opaca, no transparente”, ya que nada sabían de dicha familia a pesar de que la misma es de Alaejos de toda la vida.
La familia carecía, al parecer, de documentos básicos de censación y sanitarios, por lo que se buscan corresponsabilidades.