Redacción.- En la madrugada del domingo, un vecino de la localidad detectó una serie de extraños ruidos en un aparcamiento de coches de la calle José Zorrilla. Ante la rareza singular de los mismos, se introdujo en el garaje y comprobó que alguien había procedido a vaciar el contenido de polvo blanco de los extintores de incendios existentes en dicho aparcamiento.
Pese a las dificultades de visión, a consecuencia del polvo, consiguió atisbar a un individuo que, percatado de la situación, se dio a la fuga.
Pero el vecino que había bajado al garaje no se dio por vencido, sino que siguió al individuo en cuestión hasta la calle, encontrándose con que éste, tras levantar la tapadera férrea del registro de agua allí existente, le esperaba para propinarle un golpe, previo lanzamiento de la misma hacia su cabeza. Un hecho que se saldaría más tarde, de forma bastante bondadosa, con seis puntos de sutura.
Pero la cuestión no terminó ahí, ya que el agresor volvió a la carga y, tras cruzar la calle para recoger unos adoquines, se los fue lanzando pausadamente, no dándole alcance a él sino a un vehículo al que causó destrozos, en el capó y una de sus puertas, valorados en 500 euros.
Alertada la Policía Nacional, se personó una dotación en el lugar de los hechos que se encontró con el agredido en el suelo y el agresor dado a la fuga, realizando la víctima la pertinente denuncia e identificación, que se saldó poco después con la detención de J.R.L., de 20 años de edad, como presunto autor de dos delitos: uno de daños, por el destrozo ocasionado en el coche y valorado en 500 euros; y otro de agresión con lesiones en la persona del denunciante de los hechos y agredido en repetidas ocasiones tanto con la ayuda de la tapa del registro como de los adoquines.