Presupuestos Municipales
El Ayuntamiento de Medina del Campo, al igual que otras instituciones, no quizás demasiadas aunque, hay que decirlo, gobernadas por todos los signos políticos, se lanza ya a aprobar sus Presupuestos Municipales para el presente año, en una operación que no deja de ser arriesgada al desconocerse, por no estar elaborados ni los Presupuestos Generales del Estado ni su Ley de Acompañamiento, amén de ese procedimiento de pago a proveedores – por si fuera menester utilizar de él – que ha anunciado el responsable del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.
Es por tanto el momento, al igual que demanda para el Ejecutivo Nacional su presidente, Mariano Rajoy, de “arrimar el hombro” y, entre todos, sacar adelante los Presupuestos de Medina del Campo, de forma similar a lo que aconteciera en 2011, año en el que el PSOE, siguiendo las instrucciones del Gobierno de Rodríguez Zapatero, apoyó en toda España la normativa de previsiones económicas que presentaron entonces los grupos de gobierno de los Ayuntamientos gobernados por el PP, entre los que figuraba el de Medina del Campo.
Sí es cierto que la norma presupuestaria para la villa, en este año, por absoluta necesidad, se sustenta en unos cuantos pilares que son de pura lógica, empezando por los de austeridad y prudencia, como no podría ser de otro modo, para alumbrar, a la postre, un previsión de ingresos y gastos de 17.958.414,49 euros, que es de esperar en su día puedan liquidarse sin “traumas contables” e incluso con remanente de Tesorería, algo deseable y adecuado para una situación de crisis.
Ahí están ya, en el proyecto presupuestario, los reajustes en gastos que se manifiestan de forma singular en los capítulos de personal y atenciones de Alcaldía, a los que hay que sumar las amortizaciones de deuda y “jugar” con lo que queda, que no es demasiado.
Y de ese resto destinar cuanto se pueda a aquello que es irrenunciable para una ciudadanía que también experimenta la crisis: las fiestas, con gratuidad en todo lo humanamente posible, porque sí y además para proporcionar una inyección de recursos a la Hostelería, básica en una ciudad de Servicios; y la Cultura, irrenunciable siempre en una sociedad moderna y catalizada este año alrededor de una Semana de Cine que cumple su vigesimoquinto aniversario.
A ello, por supuesto, se une un incremento en la partida de Asuntos Sociales, fundamental para ayudar a aquellos que más lo necesitan. Y lo demás, por ilógico, parece no tener defensa.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA