Navidad
Felizmente llegan unos días en los que todos los seres humanos, por tradición y quizás por el ambiente que los rodea, son un poco mejores. De esta forma se dejan de lado debates políticos, rencillas ciudadanas y enfrentamientos, las más de las veces condenados al ridículo y el fracaso por injustificados para hacer que reine durante unos días la felicidad o, al menos, el concepto que tal estado de ánimo tenemos todos.
Con la Navidad llega también un momento de reflexión más que justificado que hace que todos los seres humanos vuelvan los ojos hacia atrás para recordar, de forma especial, el día de Nochebuena a aquellos seres queridos que un día se fueron para no volver.
De justicia es también recordar a aquellos que un día, por las vicisitudes de la vida un día partieron hacia otras tierras para ganarse el pan sin volver quizás de aquellos países que hoy día son emisores de esa otra emigración, recibida de forma constante en España y muchas veces incomprendida. Pero al margen de tristezas y de reflexiones llega también la presunta alegría que supone que las familias se reúnan de nuevo. Y decimos presunta ya que esto es lo normal, a no ser que se eche un vistazo sobre la estadística de lesiones inferidas en los hogares y saldrán a la luz, con el máximo exponente de relieve, las fiestas navideñas a consecuencia de los enganchones que muchas veces se producen en las familias durante las cenas y comidas de estos días.
Alegría también de forma especial en aquellos hogares en los que existen niños de corta edad, que se emocionan cada vez más con los regalos que llegan de la mano de Papa Noel, en detrimento del Niño Jesús que es el que obsequiaba hace medio siglo con alguna golosina a todos y, por supuesto, de los españolísimos Reyes Magos, aunque su fecha de llegada no sea todavía esta.
Es de rigor formular los mejores deseos de paz y felicidad a todos en estos días, por lo que este semanario, que no se va a quedar a la zaga, hace lo propio con todos sus lectores y amigos que, en principio, son todos los medinenses y ciudadanos de la comarca.
Y es que desde hace más de 50 años en esta zona hay un corazón que late, que refleja la vida de todos, que en muchos casos y ocasiones da cumplida cuenta de nacimientos y necrológicas, ya que, pese a quien pese, y a pesar de dar muchas veces noticias que pueden no ser del agrado de todos, cumple con su labor de informar y desde la voluntariedad de todo el equipo de redacción, en estas fechas sólo cabe desear a todos unas Felices Fiestas.
La Voz de Medina y Comarca.