Editorial

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A quién beneficia un blindaje
Que el Partido Popular (PP) fue sustituido por otro gobierno municipal lo sabe todo el mundo. Y que en el fondo de tal cambio estuvo la ineficacia, la presunta arbitrariedad y el campar por sus fueros de la Jefa del Servicio de Urbanismo Municipal es también vox populi.
El estatus de privilegio de tal funcionaria, que naturalmente no reside en la localidad y que un buen día llegó, merced a unas oposiciones, es consecuencia de la extraña paradoja de unir, por parte del anterior Gobierno Municipal, bien porque le cupiera en gana bien por el acatamiento de la orden jerárquica recibida, la plaza de Arquitecto Municipal con la Jefatura del Servicio de Urbanismo, o lo que es lo mismo un contrato blindado de por vida que, en principio, aferra los reales de la titular de Urbanismo y de los desafueros que en su nombre podrían cometerse a una poltrona de la que prácticamente es inamovible. De ahí, y de su residencia en otra localidad, emana que el personaje en cuestión permanezca impertérrito en su cargo a pesar de que, por defecto u omisión, por ineptitud u osadía, por ignorancia o mala fe, o por rebeldía contra unos ó la obediencia debida hacia otros “dueños”, la titular de Urbanismo podría llegar a convertirse, si no lo es ya, en una traba para el desarrollo Medina, a la que sería imputable el paro en el municipio y, en consecuencia, la mala situación económica de numerosas familias, que claman desde el primer hasta el último de sus miembros contra sus formas de proceder y las consecuencias que de las mismas derivan. Algo que, de vivir en Medina, probablemente hubiera llegado a los propios oídos de tal trabajadora, aunque nadie sabe si a su capacidad de arrepentimiento.
Incluso se da el caso de que una treintena de empresarios han planteado no sólo al Ayuntamiento sino a la propia Junta de Castilla y León, a través de su consejero más cualificado en materia de Empleo, la situación enrarecida y anómala, casi cataléptica para la villa, que genera dicha funcionaria.
Así las cosas, es evidente, no pueden seguir, por lo que el Ayuntamiento, recogiendo ya lo que es, más que un sentir, un clamor ciudadano, debe solventar el problema que genera la responsable de Urbanismo, a través de todos los medios legales que tenga a su alcance, para que Medina entre en la senda de la normalidad más absoluta, desterrando de una vez por todas la impotencia que genera en el ciudadano el no saber qué hacer ni a qué atenerse por la arbitrariedad o falta de entendimiento de una trabajadora municipal, cuya actitud, pone a todos delante de la indefensión y a Medina ante un negro futuro.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA