100 días de Gobierno
Es ya tradición, desde que llegó la democracia, realizar una valoración sobre los primeros cien días de Gobierno, cuando se produce un cambio en el mismo, tal y como ha acontecido en Medina del Campo donde se erigió el Partido Socialista Obrero Español con la Alcaldía de la villa, con apoyo del Partido de Castilla y León-Candidatura Independiente, en detrimento del Partido Popular que, tras doce años de Gobierno local, fue evacuado del mismo.
Es cierto que cien días nunca son suficientes ya que la primera toma de contacto con una institución requiere de ese tiempo, e incluso de más, para ponerse al día y lanzar proyectos. Por tanto, los políticos bien pueden hacer las valoraciones que crean oportunas; aunque hay cosas que, desde fuera, los ciudadanos han notado tras la marcha del PP del Ayuntamiento.
Es innegable que un aire fresco ha entrado en el Ayuntamiento, donde la ilusión ha sustituido al tedio; las ganas de renovación, al continuismo; y la presencia de caras nuevas hace, al menos, ilusionarse a los ciudadanos que estaban ya instalados en el hartazgo de ver a los de siempre.
A partir de ahora serán ya los proyectos, la consecución de objetivos y la recogida y resolución de anhelos, los que deban marcar las pautas del nuevo Gobierno municipal; pero de momento sí se ha observado una mayor cercanía de la Corporación a los ciudadanos. Sirvan de ejemplo para ilustrar esto las breves palabras que la alcaldesa, Teresa López, dirigió a los medinenses con motivo del inicio de las fiestas que, además de entenderse por primera vez desde hacía muchos años, se pronunciaron no desde el lejano balcón que impone distancias sino desde un escenario situado casi a ras de suelo.
Según aseguran desde Urbanismo, el número de licencias otorgadas ha sido numeroso, y presumiblemente mayor que en los últimos períodos del Gobierno del PP, a juzgar por la memoria que la arquitecto municipal emitió casi en vísperas de las elecciones y que se presentó ante el Plenario de la Corporación Municipal anterior.
Las fiestas, evidentemente, no han sido propias de este Gobierno, aunque sí se ha notado, tanto en los días festivos como posteriores, un mayor cuidado en la limpieza de las calles de la villa, que aún continúa en estos días con el arreglo de elementos urbanos deteriorados en San Antolín.
Completando el tema, es innegable que las fuentes de Medina del Campo, antes llenas de lodo y ahora de agua que fluye y corre, dan una imagen diferente.
Es la novedad, es la ilusión, son las ganas de trabajar que se contraponen al viejo hartazgo, al cansancio y hasta al tedio al que nos habíamos acostumbrado. Que cada cual saque sus conclusiones sobre lo demás.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA