Editorial

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Finaliza la legislatura y algo más
El Ayuntamiento de Medina del Campo celebró el pasado lunes el técnicamente último Pleno de la actual Corporación, que vino, en cierta medida, a sintetizar lo que ha sido la legislatura que ahora concluye.
En el Salón de Sesiones se trataron temas con olor a alcanfor, por lo añejos, entre los que figuraba de nuevo la residencia de la tercera edad, traída y llevada, aprobada hace siete años y con disfrute de primera piedra virtual desde hace cuatro, aunque todavía sin construir.
Las explicaciones sobre numerosas preguntas, a las que siempre se respondió “se contestará por escrito”, tampoco llegaron, a pesar de que algún edil de oposición solicitó, una vez más, las mismas. Y hasta idéntica expresión, “se le contestará por escrito”, surgió de nuevo de labios del alcalde en algunos temas comprometidos, obviando que ya no habrá tiempo material para contestar a tales preguntas a la actual Corporación municipal, ya que trece sus miembros no estarán presentes en la nueva legislatura.
Incluso, al igual que ha acontecido en los últimos años, se rechazaron mociones, en alguna ocasión con el voto de calidad del alcalde, olvidando que tales son uno de los instrumentos democráticos de los que disponen los grupos de oposición para reconducir situaciones, mostrar sus inquietudes y, a veces, ofrecer soluciones que podían ser beneficiosas para todos.
Las malas formas y la más absoluta manifestación de falta de neutralidad y generosidad, por parte de quien preside el Plenario, también se evidenciaron en la sesión del lunes, cuando al iniciar un concejal su intervención de forma espontánea, tuvo que oir por parte del alcalde-presidente con manifiesta incorrección léxico-sintáctica un sencillo “me pida usted la palabra cada vez que quiera hablar”.
Pero a pesar de todo, el Pleno resultó interesante por el juego democrático que, a tenor de los cuatro partidos representados en el Ayuntamiento y la carencia de una mayoría absoluta se produjo en algunos temas. Algo que durante los últimos años no se veía.
Quizá sea este el anuncio, gobierne quien gobierne, de lo que habrá de ser la próxima legislatura en la que, al margen de la mayoría que consiga configurarse, si es que tal hecho sucede. No obstante, sería de desear que, en nombre de la representación ciudadana que ostentan los concejales, queden desechadas las malas formas innecesarias y los motivos que en muchos casos han obligado a pronunciar palabras malsonantes y alusiones personales, para dar réplica a provocaciones manifiestas nacidas de la soberbia de quien se cree siempre en posesión de la verdad.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA