Editorial

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El PP local no se renueva
Tras conocerse la candidatura del Partido Popular de Medina del Campo a las próximas elecciones locales, el análisis general sobre la misma evidencia que el PP no ha conseguido renovarse.
Además, cualquiera que analice la candidatura en cuestión observará que la misma ha experimentado un corrimiento hacia la derecha en detrimento del sector centrista, al que en su día el alcalde de Medina del Campo, en corporaciones anteriores, aseguró representar.
Doctores, más o menos doctos en este caso, tiene la Santa Madre Iglesia y, por supuesto, ha de tenerlos la Comisión Electoral de listas del PP que ha consentido que los futuros ediles de Medina del Campo estén o hayan estado incardinados durante años, no sólo por su forma de pensar sino también por sus manifestaciones externas, en la ultraderecha más añeja del llamado nacional-catolicismo, por no decir, ya que casi llega a tal, nacional-sindicalismo.
Falta ahora ver cuál es el programa electoral que serán capaces de elaborar estos señores que aspiran, pese al descontento de muchos de sus afiliados por la elaboración de la lista en cuestión, a gobernar de nuevo Medina, no sólo en base a sus ideas, sino también a tenor de la impericia, cuando no nulidad de carácter y conocimientos mínimos, de algunos de ellos, a los que se suman factores tan inhabilitantes, en algunos casos, como ser opositor del propio Ayuntamiento o empleado técnico de una empresa de construcción que habitualmente aspira, y de hecho lo hace, a captar obra pública municipal.
Pero en el fondo, esto tiene sólo dos recorridos en la política local venidera, puesto que las grandes obras públicas ya no volverán durante un tiempo y algún estómago agradecido más o menos, a quienes disponen de un trabajo les importa un bledo; aunque no así a los parados.
Sin embargo, tal confección de lista, en muchos casos plagada de aspirantes a tener una expectativa de destino, deja evidenciar el gran problema de fondo que habrá de llegar si de nuevo Crescencio Martín Pascual accede a la Alcaldía del municipio. Se trata de los temas sociales, de la ayuda a domicilio, de la ilusión por generar empleo cueste lo que cueste y, en definitiva, de esas cosas que un Ayuntamiento está llamado a hacer, en una época de crisis, en pro de los ciudadanos que habrán de votar en las elecciones. Y es que algunos olvidan que la Voluntad General que surge de las urnas es algo bien distinto a la suma de los intereses particulares de todos los ciudadanos y muy especialmente de aquellos que están llamados a representar a las mayorías y a las minorías, que sensibilidad tiene que haber, en quien gobierna, para todos.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA