Editorial

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“Tenéis lo que os merecéis”
“Tenéis lo que os merecéis”. Tal frase, dicha así, parece el cúlmen de una venganza sañuda cuando alguien llama a la puerta de un todopoderoso señor para pedir su generosa gracia por un error cometido o implorar la magnánima condonación de una pena, ante la arrogancia de éste y la inflexibilidad de quien cree que su poder emana de Dios.
Pero si la “perla” en cuestión surge de labios del alcalde de Medina del Campo, elegido de forma democrática por los medinenses, y va dirigida a los representantes de los colectivos vecinales que, previa concesión de audiencia, le piden explicaciones sobre la futura planta de biogás que parece que va a instalarse en la villa, la frase se convierte, al menos, en un “lapsus linguae” que bien merecería el más apropiado nombre de dislate.
Pero si la “perla” surge de una boca presidencial, que el regidor Martín es, como todos los primeros ediles, además de alcalde, presidente de la Corporación Municipal, la cuestión deja de ser baladí para convertirse en algo mucho más grave e incluso digno de un ensayo de esos que escriben los numerosos profesionales cuyo sufijo terminal incluye la expresión griega “logos”, entre los que los politólogos destacan en la actualidad.
Pero la cuestión no termina ahí, ya que al parecer y con motivo de su declaración en el Juzgado, a consecuencia del ya motejado como “Caso de las Actas”, el alcalde de Medina podría haber llegado a afirmar cosas tan peregrinas como que “imagina” que se refieren a tal acta, pese a tener la misma delante o en su defecto habiendo dispuesto del tiempo necesario para haber leído la misma. Y si a ello se añade que en un momento dado podría haber añadido que “no la leyó”, como parece ser que hizo con éste y otros documentos, aunque los mismos puedan implicar responsabilidades penales para él, caso de no ser correctos, y económicas para el Ayuntamiento al que representa, la cuestión, además de tener redaños, connota no un elevado grado de soberbia, que sí lo tiene, sino también una deriva en la apreciación del origen del poder digno de un auténtico iluminado que, vistas ya las cosas que suceden en el Ayuntamiento desde hace años, puede comenzar a ser peligroso para sí mismo y para los ciudadanos.
Es triste ver cómo un hombre que un día lo fue todo en la vida, discurre por unos derroteros inadecuados, ensoberbecido por el poder y aciago en los procedimientos que, si Dios no lo remedia y él recapacita y los ciudadanos también, terminará por ser un ente digno del ensayo, al menos, de algún politólogo.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA