Antonio Sánchez del Río: "Hubo años en los que los toros se guardaban en la Plaza Segovia y otros en el Patio del Pozo del Ayuntamiento"

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Paula de la Fuente-. Si algo sabe Medina del Campo es que sobre sus estrechas calles se encuentra un aficionado con solera, reconocido por numerosas peñas taurinas, muy querido en plazas como la de San Sebastián y con multitud de publicaciones a sus espaldas en revistas tan distinguidas como “Fiesta Española”. Antonio Sánchez del Río sigue dando capotazos a la vida envuelto en la vitalidad que tanto le caracteriza a sus 87 años. En una habitación empapelada de fotografías únicas, compartiendo conversación con diestros y diferentes personalidades del mundo de la cultura y el toro, nos brinda uno de los mejores toros en estos momentos: los relatos de su propia vida.
¿Qué recuerda de aquella Plaza Mayor en la que se celebraban los festejos taurinos?
En estos dos balcones (señala la foto de la que se acompaña), justamente donde está la tienda (Sánchez), vivían dos familias (Los ‘Araoz’ y los Valdunciel). Al estar la plaza de toros en la Plaza Mayor, alquilaban los balcones y pagaban toda la renta del año y les sobraba. Tengo buena amistad con todos ellos y lo recuerdan alegremente. Incluso bromean con que les sobraba para tomar una cerveza y le digo a una de ellas: “Hay que ver, Angelita, que negocio hacías con el piso” (sonríe). Fíjate las casualidades de la vida, que al cabo de los años compró mi padre ese edificio y es nuestro ahora.
¿Era bonito ver aquella estampa taurina?
Claro. Si ves bien la imagen, estos balcones de los que te hablo daban a varias calles, por un lado, a la calle Almirante, y el otro a la propia Plaza Mayor.
¿Le alegra volver a recordar aquellos tiempos?
Recuerdo, por la foto que ahora estamos viendo, las capeas. Justo a la puerta de lo que es el Banco de Bilbao, le pilló a uno que se llamaba Angelillo. Yo diría que ha sido una de las cornadas con mayor importancia de las que ha habido en Medina. Le pilló por el tórax, también le recorrió las costillas… Bueno, gravísima. Le cogió a la salida del toril, estando fresquito el toro.
¿Ha cambiado la naturaleza de la capea de entonces a la de ahora?
Había muchos cortadores mayores, ahora se mete gente muy joven. El toro de ahora, si bien es cierto, no es el toro de entonces.  Aquellos lo hacían por una gran afición. Entre otros estaba el padre de Ranulfo Mena, Policarpio; los hermanos Becerras o los paragüeros de Medina. A dos de ellos, los hermanos García Corporales, les salían muy buenos cortes. Poli Mena tenía la costumbre, cuando abrían la plaza del toril que estaba en los arcos, de darle siempre el primer corte con un bastonazo en mano. Son pequeños detalles que los no aficionados no se percatan. Pero hay muchos más nombres, como Poli ‘El Camarero’, Anacleto Mestre –que era un Policía de Medina del Campo- o Pepe Burgos, que era un viajante de Medina que venía todos los San Antolines.  También había buenos corredores, Tasio, al que incluso le incluyeron en la jota: “Si tienes la gripe y no puedes correr, llamaremos a Tasio que les corre bien” (entona).
Puede leer toda la entrevista completa en la edición especial impresa de San Antolín de La Voz de Medina y Comarca.