Editorial

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Política y creencias
No deja de sorprender la intransigencia de Izquierda Unida que se lanza de lleno a protestar contra los carteles, instalados en la fachada principal de diferentes iglesias, alusivos a los actos de canonización de la fundadora del colegio medinense de las Hijas de Jesús, la madre Cándida.
Sin embargo, la coalición de izquierdas no parece poner la misma vehemencia en el panel existente en las inmediaciones del Arco, ya que solicita la retirada del mismo a tenor de las instrucciones de Patrimonio, sin entrar en la posibilidad de una sanción, que sí reclama para los carteles.
Está claro que en lo que sí podría tener razón Izquierda Unida es en la forma de colocación de los mismos, si es que se ha producido, según ellos denuncian, utilizando puntas u otros elementos que puedan deteriorar el aspecto de las fachadas sacras; aunque no parece de recibo el fondo de la cuestión en una sociedad democrática.
Y es que, no hay que olvidarlo, los inmuebles sacros son propiedad de la Iglesia que, sujeta como todo el mundo a ciertas limitaciones, bien puede colgar de forma temporal carteles anunciadores siempre y cuando éstos reúnan las condiciones de dignidad precisas. Sí es cierto que a determinados guardianes de las esencias de izquierdas puedan parecerles inadecuados dichos carteles; pero a la inmensa mayoría de los mortales, que ni se preocupan de la política, ni de la religión, no tiene porqué molestarles un cartel temporal para un fin concreto que, en principio, a nadie ofende.
Otra cosa sería que los aludidos anuncios permaneciesen per seculam seculorum en las fachadas de las iglesias y exhibiesen, como algo feo, el paso del tiempo sobre sí mismos y su inherente deterioro. Pero de ahí, a protestar por la presencia de éstos y solicitar su retirada inmediata, parece que va un abismo en una sociedad que debe ser tolerante con las creencias de todos, siempre y cuando se manifiesten de forma pacífica.
De todas formas, nadie lo dude, IU podrá atribuirse la medalla de la retirada del cartel de la Madre Cándida en la iglesia de Santiago, ya que con la llegada de Las Edades del Hombre, de alguna manera habrá que publicitar, de forma fija, como siempre se ha hecho, la exposición “Passio”. Y seguro que por tal nadie protesta; aunque el concepto de catolicismo vaya incluido en el propio nombre de la magna exposición que se avecina. Una cosa es la política, en cuyos procedimientos se puede ser intransigente; y otra, las creencias, con las que siempre, desde la izquierda y la derecha, hay que ser tolerantes.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA